En notas anteriores comentamos que la visión actual de la fisiología aplicada al rendimiento en deportes de resistencia (tal como la presentan Joyner y Coyle en el artículo de 2008 Endurance exercise performance: the physiology of champions) puede resumirse en tres factores principales:

  • El VO2max establece el límite superior para el metabolismo aeróbico,
  • El umbral de lactato está relacionado con la fracción del VO2max que se puede mantener en pruebas de resistencia que duren más de unos pocos minutos
  • La eficiencia/economía define que potencia mecánica/velocidad se puede lograr con ese VO2 fraccional.
Los tres factores tienen componentes genéticos y son “entrenables”, es decir susceptibles de mejora mediante el entrenamiento.

El Dr. Stephen Seiler en un muy interesante artículo (The Time Course of Training Adaptations) analiza la evolución de estos determinantes fisiológicos de los deportes de resistencia en función de los años de entrenamiento específico.

La siguiente figura, traducida del artículo citado, presenta una visión simplificada en la que se ignoran las variaciones estacionales (las tres variables fluctúan durante el año en función del nivel de entrenamiento) y la interacción con la edad cronológica (en particular el efecto negativo del envejecimiento sobre el VO2max):



El Dr. Seiler plantea la evolución temporal en términos de tres “olas”:

La primera ola está dominada por la rápida mejora en el VO2max, algunas de las adaptaciones fisiológicas como el aumento en el volumen sanguíneo se adquieren (y también se pierden) en el término de pocas semanas, otras demandan mayor tiempo pero en conjunto las adaptaciones centrales que determinan la evolución del VO2max ocurren en relativamente poco tiempo y también rápidamente llegan a su techo en atletas que entrenan de manera intensa.

La segunda ola está relacionada con las adaptaciones a nivel periférico (aumento de la capilarización periférica, densidad mitocondrial, enzimas oxidativas, etc.) que tienen mayor influencia en la fracción del VO2max que se puede mantener durante un tiempo prolongado y cuyo marcador principal es el umbral de lactato.
Estas adaptaciones tienen la particularidad de ser específicas para la actividad que se realiza, es decir que un umbral de lactato elevado en ciclismo no supone un umbral elevado en pedestrismo y, mucho menos, nadando.
La evolución en este caso es algo más lenta y son necesarios mayor cantidad de años de entrenamiento específico para maximizar estas adaptaciones. Pero dado que el umbral de lactato no puede ocurrir en el 100% del VO2max esto también tiene un techo luego de varios años en condiciones ideales de entrenamiento.

La tercera ola está marcada por la mejora en la Eficiencia / Economía, es decir la capacidad de convertir esa energía sostenible por un período prolongado en velocidad de desplazamiento (por cuestiones técnicas en el caso del ciclismo es preferible hablar de potencia mecánica dado que la velocidad depende de una multiplicidad de otros factores).
Esta característica tiene una componente externa que sería la técnica de la disciplina, la de mayor importancia en deportes justamente “técnicos” como la natación.
Pero también tiene una componente interna relacionada con la mayor eficiencia energética de las fibras de contracción lenta frente a las de contracción rápida y la distribución del esfuerzo en un grupo mayor de fibras musculares (de gran importancia en el ciclismo) y las características visco-elásticas de la estructura músculo-tendinosa (de gran importancia en la carrera).
Esta tercera ola no tiene un límite conocido, es decir existe evidencia que puede seguir mejorando luego de 4-5 años de entrenamiento específico.

Estudios sobre la evolución de atletas de elite

Si bien no existe gran abundancia de estudios longitudinales, es decir que sigan la evolución del mismo atleta a lo largo de varios años, y menos aún sobre atletas de clase mundial, dos particularmente interesantes son el del Dr. Jones sobre Paula Radclife (The Physiology of the World Record Holder for the Women’s Marathon) y el controvertido del Dr. Coyle sobre Lance Armstrong (Improved muscular efficiency displayed as Tour de France champion matures), en ambos casos se documenta una considerable mejora en la Eficiencia / Economía luego de varios años de entrenamiento específico (15% en 11 años en el caso de PR, 9% en 7 años en el caso de LA). Los trabajos se pueden leer completos en los enlaces citados.

Conclusiones

Es evidente que si uno es un principiante en un deporte de resistencia (o en tres) los tres factores van a mejorar rápidamente con prácticamente cualquier entrenamiento que uno haga, se dice que el primer año de un atleta es el más sencillo para un entrenador: prácticamente todos responden a un primer año de entrenamiento estructurado!

Pero si una persona adulta lleva más de un año entrenando en un deporte de resistencia es importante que el plan de entrenamiento haga foco en aquellos factores que influyen en el rendimiento que tienen mayores posibilidades de mejora.

Esta evolución temporal típica de los determinantes fisiológicos del rendimiento parece tener correlación con la etapa en la carrera deportiva donde los deportistas de resistencia alcanzan sus picos de rendimiento en eventos de larga distancia como el IronMan en el caso del triatlón.

Si bien la medición precisa de estos tres factores solo se puede lograr mediante procedimientos de laboratorio, en la práctica del entrenamiento podemos utilizar como sustituto del VO2max la Velocidad / Potencia Aeróbica Máxima (que integra el VO2max y la Eficiencia / Economía) y como sustituto del umbral de lactato el Umbral Funcional (que integra el umbral de lactato y la Eficiencia / Economía) para analizar el grado de evolución del atleta y el enfoque más conveniente para que la evolución continúe.

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